sábado, 9 de abril de 2016

-Entonces, las espinas, ¿para qué sirven?
Yo no lo sabía. Estaba entonces muy ocupado tratando de destornillar un bulón demasiado ajustado de mi motor. Estaba muy preocupado, pues mi avería comenzaba a resultarme muy grave y el agua que se agotaba me hacía temer lo peor.
-Las espinas, ¿para qué sirven?
El principito jamás renunciaba a una pregunta, una vez que la había formulado.