Son bufones haciendo siempre lo mismo: reír.
Las carcajadas se escuchaban a lo lejos.
Nunca se puede tener exactitud, ya que a los bufones, se les exije contar diferentes hisotrias en cada espectáculo.
No hay que olvidarse que los bufones viven a expensas de esas risas vacías, risas de plástico. Risas que no son más que un libreto, de un actor cubierto de un disfráz, escondido en sus propias palabras.
Y no se puede pasar por alto... que el bufón... siempre vuelve a la soledad del calabozo.
Los chistes baratos, no se compran.
nand*